martes, 26 de julio de 2011

Mi experiencia dual

Mi primera experiencia dual fue en el hospital de San Javier, en donde tuvimos una  muy buena recepción por parte del personal, ya que desde el primer momento se mostraron muy dispuestos a responder todas las inquietudes que nos iban surgiendo, a mí y a mis compañeros. Posteriormente a la presentación con los funcionarios y el reconocimiento del hospital, conocí a mi primer paciente  el cual tenia una amputación en la pierna derecha debido a un pie diabético, él se encontraba en compañía de su hermana y ella me comentó que a don José le habían dado el alta , por lo tanto me asignaron otro paciente que estaba postrado  y  tenía una escara sacra, lo que me permitió llevar a cabo procedimientos como aseo genitales, aseo de cavidades, baño en cama, postura de pañales y curaciones. Al realizar estas actividades me sentí un poco incomoda al principio, pero a medida que me fui acostumbrando, me costaba menos hacer los procedimientos.
Mi segunda experiencia dual fue en el hogar María Reina de Longaví, en el cual me sentí muy bien al inicio ya que el ambiente era mucho más distendido que en el hospital de San Javier. Sin embargo esta relajación en el contexto, no me permitió tener grandes aprendizajes en lo práctico, a pesar de ello llevé a cabo procedimientos como vestir y alimentar a los ancianos. Otros  aprendizajes que obtuve fueron de tipo emocional como por ejemplo conocer la historia de vida  de algunos adultos mayores.
También  realicé tareas domesticas como hacer camas  y hacer limpieza en el recinto, lo que me provocó frustración  ya que no era lo que yo esperaba hacer en el hogar.
En conclusión, puedo decir que la totalidad de mi experiencia dual fue buena, sin embargo pudo haber sido mejor si en el segundo recinto dual me hubieran permitido realizar labores correspondientes a la especialidad.